jueves, 20 de abril de 2017

Crónica del Viernes Santo (I)

Y, cómo si la espera no hubiese sido larga cómo si hubiese sido ayer, amaneció el "viernes", despertó un nuevo Viernes Santo en la ciudad de Vera.

Y despertó con el aroma añejo, el que se transmite de generación en generación entre los veratenses, el aroma del "día" de la ciudad.
El espejo del hogar de cada Hijo, e Hija, de Vera mostraban rostros distintos: eran rostros de emoción, nerviosismo, recuerdos, enseñanzas, ay, esas enseñanzas que nos dieron y que, en muchos de esos hogares, ya se transmiten (pasando de alumno a maestro y siguiendo el ciclo de la vida),.., rostros que transmitían el sentir del alma, alma veratense que late cada mañana de Viernes Santo acompañando a ÉL, Nuestro Padre Jesús Nazareno, como fieles cirineos, en familia, en amistad, en hermandad, durante su pesada subida y acompañarlo mientras lo sentencian.

Al pisar las calles de la ciudad y tomar dirección a San Ramón, al jardín del Nazareno, su Glorieta, se vislumbró un espectacular amanecer que presagiaba una preciosa mañana de Viernes Santo veratense. Únicamente un elemento llamaba la atención: no se sentía ese fresquito de la mañana, esa pizca de humedad, una agradable temperatura reinaba presagiando una calurosa mañana y mediodía.

Ya en la calles del "Barrio de Jesús" latía Vera, con familias veratenses llegando a San Ramón desde ésta y aquella calle. La Banda Municipal de Música de Vera, con la estampa de toda la vida, sonaba calle La Plata arriba en ordinario.

Eran las 7:55 horas cuando Nuestro Padre Jesús Nazareno se asomaba por el dintel de la puerta a La Glorieta y se convertía en receptor de amorosas miradas y silenciosas oraciones.
Nuestro Padre Jesús Nazareno el pasado Viernes Santo
Foto: D. Antonio Ramírez Carmona
Sobre los hombros de su cuadrilla, hombres de trono, y tras la indicaciones del Sr. Capataz, D. José María Simón, a las 8:00 en punto el Nazareno comenzaba su "Subida de Jesús" escuchándose por parte de la Municipal de Vera los acordes de la marcha "Nuestro Padre Jesús". Ya estaba todo, todo tal cual nuestros padres nos lo han enseñado tras haberlo aprendido de nuestros abuelos que antes lo aprendieron de sus padres.... y, así, en dos mil diecisiete comenzaba una "Subida de Jesús" tan nueva cómo igual a la primera y Vera de testigo.

Vera, en hermandad, sin colores de ningún tipo, volvió a ser cirineo del Nazareno y volvió a caerse junto a Él tres veces, y tantas se levantó. Latió al unísono el corazón de la ciudad de Vera.

La Banda Municipal de Música de Vera acompañó magistralmente al Nazareno interpretándole muchas de las marchas propias dedicadas al Señor y otras cómo "Santo Traslado".
Nuestro Padre Jesús Nazareno entró en Plaza Mayor con los sones de la Agrupación Musical Virgen de las Mercedes de Oria, que seguidamente rezaría al misterio del Lavatorio, con las marchas "La Salve" y "Costaleros del Amor" enganchadas.

Estando ya Nuestro Padre Jesús Nazareno acompañado por su Madre, Ntra. Sra. la Stma. Virgen de las Angustias, el Sr. Cura-Párroco de la ciudad, D. Carlos María Fortes, dedicó unas preciosas palabras entorno a Jesús.
Seguidamente, nuestra Real Archicofradía tuvo la suerte de representar el perdido "Pregón del Ángel", pregón recuperado éste año y maravillosamente interpretado por una joven niña nazarena (la cual, cómo era tradición, iba vestida de ángel junto a otro joven nazareno).
A continuación, se realizó el "Pregón del Judío" quedando todo tal y cómo nos lo enseñaron, y viviéndolo tal y cómo lo sentimos los veratenses.


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